Leche y antibióticos ¿Qué tan segura es la leche?
Pruebas rigurosas aseguran que la leche que compras en la tienda no tiene antibióticos.
¿Cuál es la verdad acerca de la leche y los antibióticos? Si te preguntas si hay antibióticos en la leche que compras en la tienda, la respuesta es no. Las rigurosas pruebas obligatorias aseguran que la leche que llega al supermercado nunca contenga antibióticos y que sea uno de los alimentos más seguros que puedes comprar.
No. Hay estándares estrictos implementados para garantizar que la leche que compras en la tienda sea segura. Se realizan pruebas a la leche para detectar antibióticos en cada etapa del proceso de entrega; en la granja, antes de ser transportada y nuevamente en la planta procesadora de productos lácteos. Cada una de estas pruebas determina que la leche no contiene antibióticos, mucho antes de que llegue a la tienda. Gracias a estos rigurosos estándares de prueba, la leche es uno de los productos alimenticios más seguros que puedes comprar.
A las vacas enfermas se les marca con una banda en la pata y no forman parte del ganado de ordeño durante su tratamiento. Si se ordeña una vaca enferma, la leche se desecha inmediatamente; no ingresa a la cadena de producción de alimentos. Si bien es posible que una vaca haya estado enferma por poco tiempo, la leche se retiene por un período más largo para mantener cualquier residuo de antibióticos fuera de la producción de leche.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) analiza la leche (en partes por mil millones) para asegurarse de que ningún producto lácteo en los supermercados contenga antibióticos. Además, existen sanciones económicas para los productores si la leche no pasa estas pruebas y corren el riesgo de perder su licencia para vender leche. Por eso, toda la leche es segura para beber, porque los antibióticos que hay en la leche no ingresan a la cadena de producción de alimentos.
No. Toda la leche es segura y saludable. Los estándares de productos orgánicos garantizan que los productores no utilicen pesticidas ni fertilizantes sintéticos, hormonas sintéticas o antibióticos para su ganado.